Por Emilio Sánchez Vicario, Fundador y CEO de la academia Sanchez-Casal
Soy Emilio Sánchez. Tengo 55 años. En los años ochenta y noventa competía a un nivel bastante bueno e incluso gané algunos torneos de Grand Slam y medallas olímpicas. Después de esa etapa profesional, entrenaba tenistas de forma individual también, como equipos de Copa Davis. Combiné mi trabajo como entrenador con la fundación de mis propias Academias de Tenis, tanto en España como en EE. UU., donde los estudiantes pueden aprovechar las oportunidades que brinda el tenis y la educación. También compartí mis conocimientos en la televisión y creé mi propia fundación, “Fundación Emilio Sánchez Vicario”, para ayudar a los niños a lograr una vida mejor a través del tenis.
Mi signo del zodíaco es Géminis, y para los que nos conocen, somos pensadores, somos impredecibles, amamos a las personas y las cuidamos. También tenemos una habilidad muy curiosa: nuestra mente trabaja, todas las noches, de una manera capaz de crear pequeñas películas que luego traducimos en la vida real al día siguiente.
Por tanto, veo mi vida dividida en etapas: 8 años antes dedicados al tenis, 10 años desarrollándome como tenista, 14 años trabajando como tenista profesional y 20 años entrenando. Probablemente fue una evolución normal, hasta el año pasado cuando llegó la famosa pandémia del Coronavirus.