# 5 HÁBITO DE ÉXITO PARA SUPERAR LA ADVERSIDAD

Por Emilio Sánchez Vicario, CEO y Fundador de Academia Sánchez-Casal.

# 5 Fíjate objetivos que sean alcanzables y realistas (Mental)

Cuando hablamos de retos y logros deportivos tendemos a fijarnos en historias y anécdotas que tienen como protagonistas a deportistas de élite. Grandes hazañas que surgieron de propósitos firmes y que vienen a convertir en mitos, casi héroes, a los deportistas más conocidos. Pero el deporte base está lleno de pequeños grandes héroes, de niños deportistas que luchan cada día, que son ejemplos de superación. Porque ¿no es en el deporte de formación donde se trabajan los valores y hábitos que hacen que lo que se aprende en la competición se traslade a la vida?

El protagonista de esta historia es un joven esquiador, practicante de esquí alpino. Le conocí cuando tenía 10 años y ya quería ir a las Olimpiadas y ser como Bode Miller. ¿Qué niño no sueña con competir, en el deporte que sea, y ganar? Estaba en su último año de Alevín. Al año siguiente empezaba a participar en competiciones oficiales federadas. Es un salto importante para cualquier deportista.

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En ese momento, las expectativas de nuestro esquiador eran altas y empezó bien la temporada, terminando algunas carreras en buena posición, entre los 10 primeros. Pero a mitad de temporada sufrió una caída en carrera y, a partir de ahí, su temporada se tuerce. Pierde la confianza, en cada nueva carrera sale a recuperar posición en el ranking, pero probablemente esquía forzado, arriesgando demasiado… ¡y cae en TODAS las carreras que quedan hasta el final de la temporada! Él sabe que el año siguiente es importante, está en un Club competitivo y se “exigen” resultados.

Es el momento de hacer una reflexión y de ponerse objetivos realistas y alcanzables.

En la siguiente temporada, su objetivo es simple: “no caer”, acabar todas las carreras, sin importar la posición. La cuestión de fondo es recuperar la confianza y encontrar lo que en otros deportes calificaríamos como “su juego”. Puede parecer un objetivo fácil pero ¿es realmente fácil para un chico de 11-12 años? Todos quieren pisar el pódium y fijarse un objetivo “modesto” puede ser visto como una renuncia la victoria. Y más en entornos con presión. Es necesario ser muy maduro y estar bien guiado. El papel de coaches y padres es fundamental.

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Pero su objetivo, evidentemente, no acaba ahí. Al siguiente año es cuando debe exprimir su potencial. Su objetivo es clasificarse para poder participar en la competición nacional de su país. Para ello, deberá estar entre los 14 primeros del ranking regional.

Al final del segundo año, nuestro esquiador hace balance. Han sido dos años difíciles, luchando en una etapa madurativa en la que carácter, personalidad y, especialmente, hormonas se rebelan contra todo lo establecido hasta entonces. Es el momento de dudar de los consejos de los padres, de los entrenadores, de uno mismo. Pero el rigor del deporte y sus valores hacen posible que un chico que ya tiene 13 años tenga un planteamiento maduro, basado en el esfuerzo, en el trabajo y en la disciplina.

El balance es bastante bueno: objetivo del primer año, “cruzar la meta”, logrado. Segundo objetivo, “clasificarse para la Copa Nacional”, también logrado, si bien no logra mantenerse dentro hasta el final de la competición.

Es el momento de plantearse el siguiente reto, sabiendo que el año siguiente será duro ya que competirá con corredores hasta 2 años mayores que él. Y vuelve a plantearse un objetivo realista: mantenerse entre los 30 primeros. Trabaja duro toda la temporada, con esfuerzo extra entrenando un día más entre semana además del fin de semana, lo que comporta un esfuerzo extra también a nivel académico para seguir el curso escolar correctamente. ¿Qué pasa a final de temporada? Ha sido un año en que ha experimentado un crecimiento físico muy rápido, le ha costado canalizar su fuerza, ha perdido cierta coordinación. Termina en la posición 40 del ranking.

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Hasta aquí llega la historia de este joven esquiador. ¿Lo está haciendo bien? ¿Podemos decir que es un buen esquiador? ¿Es un buen deportista? En este caso, está muy claro que ponerse metas alcanzables le está ayudando a mantenerse en un entorno altamente competitivo. Si luchara por estar en las primeras posiciones, probablemente la frustración habría acabado por vencerle. ¿Cuántos chicos dejan el deporte que practican porque la exigencia es demasiado dura en relación a su recompensa? ¿Cuántos abandonan porque no se cumplen sus expectativas? En una etapa de crecimiento (pre-adolescencia y adolescencia) especialmente difícil, nuestro chico tiene objetivos claros y está asentando una actitud admirable frente a las dificultades: resiliencia, esfuerzo, capacidad para sobreponerse a la adversidad.

¿No es esta la verdadera enseñanza que la mayor parte de jóvenes deportistas llevarán consigo el resto de sus vidas? Fijarse objetivos alcanzables y realistas les ayudará a persistir en el esfuerzo. Es nuestro deber como coaches y como padres de hijos deportistas acompañarles, guiarles y motivarles.

Muy pocos jóvenes deportistas serán profesionales, muy pocos serán olímpicos, ni siquiera formarán parte de las selecciones nacionales de su país, pero su esfuerzo es el que hace grande al deporte.

Emilio Sánchez Vicario
CEO y Fundador en Academia Sánchez-Casal

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