Por Emilio Sánchez Vicario, CEO & Founder at Sánchez-Casal Academy.
#9 Respeta a tus rivales. Tienen los mismos objetivos que tu.
Con 17 Grand Slams en el bolsillo, Roger Federer lleva desde 2008, cuando ya contaba con 15 victorias en Grand Slams, perdiendo una final tras otra: ante Nadal cuatro veces, una en Roland Garros, una en Wimbledon, y una en el US Open; ante Djokovic, tres.
El balance es de más de 10 finales de Grand Slams perdidas, imaginemos en que números podría estar. No obstante hoy no voy hablar de juego, ni de técnica, ni de táctica, ni de físico, ni de mindset. Hoy quiero resaltar a Roger Federer como modelo de respeto al rival en la derrota.
Muchas veces he intentado ponerme en su cabeza y escarbar a ver qué encontraba. Ya le admiraba cuando empezó a perder contra Nadal, y ganó Roland Garros justo el año en que Rafa perdió contra Soderling. Después vinieron más derrotas contra el de Manacor, y luego apareció Djokovic y se sucedieron nuevos reveses, pero él sigue ahí, intentándolo.
No recuerdo ni una sola vez en que dejara de respetar a alguno de sus rivales, en que no valorase que esos adversarios querían su trono y que gracias a ellos él también seguía mejorando. Me viene a la memoria cuando en innumerables ocasiones después de perder, la prensa le preguntaba por su retirada, y su respuesta era siempre la misma: ¿Si compito para ganar, por qué voy a retirarme?
Cambió de entrenador, mejoró la técnica, cambió la táctica para ser más agresivo, mejoró el físico trabajando de manera diferente, y afrontó los partidos con un mindset mucho más guerrero, con la única finalidad de competir, y eso es muy de admirar.
No sé si mantendrá su record de victorias en Grand Slams por mucho tiempo, o si ganará algún otro trofeo y se convertirá en imbatible. Ojalá lo consiga. Pero lo que si es cierto es que su legado con el tenis es brutal. En lo técnico aportó una manera de jugar clásica y preciosista que ha conseguido plantar cara al tenis moderno dándonos a los entrenadores la posibilidad de enseñar como indica el libro y de una forma natural. En lo táctico se ha vuelto un estratega en cómo maximizar su rendimiento, jugando más agresivo, y llegando mucho más a la red desde que estuvo con Edberg. En lo físico ha sabido mantener las fuerzas aún compitiendo ante los mejores atletas como Nadal o Djokovic. Y en lo mental ha logrado mantener siempre la calma en la derrota, creer en sus opciones, y sobre todo respetar al contrario.
Aprovecho desde aquí para mostrarle mi admiración, felicitarle por el mensaje que proyecta después de los partidos tanto en la victoria como en la derrota. Al igual que otros grandes, ese mensaje se entrena y se desarrolla, y por ello invito a entrenadores y a padres a usarlo como referente.
Si lo que disfrutamos no es la victoria en sí, sino la competitividad que nos lleva a ella y a derrotar al rival al que nos enfrentamos valorándolo por lo que es, leeremos sus golpes más fácilmente, intuiremos su táctica y próximos movimientos, aguantaremos la batalla como hace él, y destacaremos sus cualidades para tratar que no las use en los momentos clave y poder nosotros aplicar las nuestras.
Si por tratarse de un deporte individual sólo pensamos en nosotros mismos podremos incluso alguna vez ganar, pero nunca nos convertiremos en grandes guerreros ni disfrutaremos del camino recorrido como hace Roger gracias a su respeto por los rivales. Quiero resaltar que su leyenda y la admiración del gran público se ha multiplicado en estos años de derrotas por encima de cuando ganaba. Estoy seguro de que si hiciéramos una encuesta, sus valores saldrían en el top de la lista de las razones de sus seguidores.
Emilio Sánchez Vicario
CEO y Fundador de Academia Sánchez-Casal
